Preguntábale Elsías a su amigo Jobel por qué dejaba su carro mirando hacia el oeste si al amanecer partiría hacia el este.Jobel sonrió y le contestó:porque mañana cuando deba partir hacia la ciudad aún no habré llegado.
No entiendo-exclamó Elsías ¿No crees buen amigo-díjole Jobel-que si lo dejo mirando hacia el este doy por sentado que mañana viviré y aún,bien lo sabes,no soy poseedor del don del futuro.Bastale a este día llegar y sentirme contento en ello.Por eso no me importa pensar en dejar mi carro como si no fuese a partir.
Tienes razón Jobel pero no crees que existe más pasión en arrebatar al futuro lo que aún no te ha dado?
-Explícate buen amigo-dijole Jobel.
Si dejas tu carro mirando al este como si fueses a partir , le habrás dado terreno a la ilusión,le habrás arrebatado espacio al futuro pues estás ejerciendo de profeta porque darías por sentado que mañana partirás hacia la ciudad.
-Es verdad buen amigo pero si voy a dormir pensando en que mañana iré a la ciudad no dormiré pues estaré preocupado con el futuro que aún no ha llegado y entonces estaré arrebatando espacio a mi hoy.
Dices bien Jobel-repuso Elsías-pues mejor dormir en paz que dormir hipotecando tu descanso en futuros que aun no son,pero quiero preguntarte:¿Acaso no existe más placer en preveer el futuro de mañana cuando irás a la ciudad para asegurar el pan que has de traer a tus hijos? -Es verdad buen amigo pero nuestras mentes podrían siempre hallar solución a nuestros juegos mentales y no me será fácil convencerte de que es mejor dejar mi carro mirando en la dirección que llega que en la que me propones para el mañana.
No había acabado de decir estas palabras cuando vió que la palidez escaló las mejillas de su buen amigo Elsías y no tuvo tiempo para despedirlo porque la muerte repentina no le dió tiempo de seguir el juego mental.
Jobel lloró a su amigo y desde entonces movido más por su corazón que por su lógica dejó siempre su carro mirando en la dirección hacia la cual habría de salir al día siguiente. (Tomado del Orkamui o Libro de los secretos.Capitulo 41 "Sobre el placer del dialogo"